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miércoles, 7 de diciembre de 2011

El camino a la luna

...caminaba absorto por la orilla de una playa en la sublevación de un mar olvidado, olvidado por las gaviotas, por los pelicanos, por la gente que solía visitar aquel costado del mar solitario, sin las huellas de la melancolía de aquellos que suelen arrojarse a la tristeza, de la gente que busca consuelo en el vaivén de las olas, en el susurro del viento, en la inmensidad de un cielo estrellado reflejado en el mar, pero ahí no había nadie, solo yo el mar y la luna, pero aquella luna no era cualquier luna algo la había sonrojado, por alguna razón había cambiado de piel, roja o naranja o lo que surge de la mezcla de ambos colores, parecía estarse incendiando, como si imitara al sol en una hermosa tarde, pero la luna no esta hecha para los ocasos, es la noche donde ella reina y aquella noche no había astro mas hermoso en aquel cielo de estrellas que guiñen los ojos y que brincan de un lado a otro arrastrando su cola, tanto para sublimar el alma, tanto para ensanchar el corazón, ese corazón entristecido por el recuerdo de alguien que ya no esta, alguien que se había marchado, dejando una estela de tristezas en mi vida, la luna se asomaba por el mar como si hubiera estado embriagandose con lava y fuego, un camino rojo se dibujo en medio del mar, frente a mis ojos, el reflejo rojo de la luna lo atravesaba formando un hermoso camino carmesí que llegaba hasta las faldas de la luna, una sensación extraña invadió mi cuerpo algo en mi me decía que ese camino era real, que si de pronto empezaba a caminar por el sin duda llegaría a la luna, pero la razón no me permitia creer, el lugar de la luna es el cielo y no al final de este camino, aunque mis ojos y mi corazón digan lo contrario, entonces camine hacia un lado con el fin de evadir el camino o mi imaginación o que se yo, pero el camino parecía seguirme como si realmente quisiera ser caminado, entonces pensé que puede pasar si lo intento, no todo en el mundo puede estar hecho de realidad, el mundo tiene derecho a cosas fantásticas quizás los hombres tenemos derecho a algo fantástico en nuestra vida, a algo irreal, a algo que se aleja de lo conocido y mas bien parece un sueño entonces comencé a caminar por la arena casi convencido de que solo mojaría mis zapatos y si realmente era intrépido toda mi ropa, pero mi momento fantástico de la vida era este y el camino realmente existía y si era rojo brillante y por debajo de el pasaban peces rojos que quizás eran de otros colores, mi incredulidad se convirtió en una asombro alimentado por la belleza de aquel momento en que un camino rojo me llevaba hasta la luna, pero ¿cuanto tendría que caminar para llegar a ella?,  cuando empecé a caminar la luna lucia mas grande, pero poco a poco parecía hacerse mas pequeña y el camino mas estrecho entonces apresure el paso, peces con alas de arcoiris brincaban de un lado a otro frente a mi y algunos delfines parecían acompañarme en mi travesía, pero la luna en vez de parecer mas cerca se alejaba y su color rojo poco a poco se se difuminaba en un plateado brillante, pensé en detenerme y desistir porque cada vez el camino seria mas estrecho y terminaría en una cuerda floja y quizás caería en medio del mar y por lo que recordaba yo ni nadar sabia, entonces me vino a la mente el recuerdo de aquella persona que poco a poco se alejaba de mi cuando yo mas me acercaba a ella, aunque ella también cambiaba y recordé que lo que hice fue dejar de caminar hacia ella por temor a ahogarme y ella cada cada vez se alejo mas de mi hasta que un día ya no pude verla, ahora entiendo que debí haber caminado por aquella cuerda floja que de el otro lado me esperaba una luna hermosa capas de poder hincar mi alma ante su belleza, el camino se hacia mas delgado y su recuerdo mas grueso hasta que de pronto no hubo mas camino, pero ¿que creen? al final del camino me encontré una escalera...

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